- La alimentación complementaria empieza a partir de los seis meses de vida de nuestros hijos, pero ¿qué tenemos que incluir en la comida para bebés?
- La alimentación infantil juega un papel clave en el crecimiento y desarrollo de los más pequeños de la casa. Algunos alimentos, como la carne de conejo, resultan muy beneficiosos para lograr el aporte de nutrientes necesario.
La alimentación es uno de los principales quebraderos de cabeza a los que se enfrentan los padres de un recién nacido, especialmente los primerizos. A partir de los seis meses de edad, la alimentación infantil empieza a ser todo un desafío ¿Qué puedo incluir y qué no en la comida para bebés? ¿Puede comer todo tipo de alimentos? ¿Qué carne es mejor, ternera, cerdo, pollo, pavo o carne de conejo?
En este artículo te vamos a resolver algunas de las principales dudas que surgen cuando los más pequeños de la casa comienzan con la alimentación complementaria. Además, analizaremos en detalle los beneficios nutricionales, consejos de preparación y recomendaciones de pediatras acerca de incluir la carne de conejo en la alimentación infantil.
¿Qué debemos introducir en la comida para bebés?
Como señala la Asociación Española de Pediatría, la alimentación complementaria es el proceso por el cual el lactante comienza a ingerir alimentos sólidos o líquidos distintos a la leche materna o de fórmula. Se realiza de manera conjunta y se inicia a los seis meses de edad, cuando empieza una etapa en la que se requieren otros aportes de nutrientes.
Comenzar la alimentación complementaria antes de tiempo conlleva importantes riesgos, como atragantamientos o que el organismo no tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune. Tampoco retrasarla es recomendable, ya que se pueden producir carencias de ciertos nutrientes esenciales.
La alimentación infantil se debe ir ampliando progresivamente y siempre dando a probar los nuevos ingredientes de uno en uno y con varios días de intervalo, para descartar intolerancias y alergias. El calendario orientativo, desde los seis meses indica:
- Cereales, a partir de los 7 meses.
- Frutas (sin excepción) y verduras (salvo las de hoja verde, que se recomiendan a partir de los 12 meses).
- Hortalizas.
- Frutos secos solo en polvo o crema (en sólido a partir de los 4-5 años).
- Legumbres, a partir de los 7 meses.
- Huevo cocinado (sin distinción entre yema y clara), a partir de los 7 meses.
- Carnes.
- Pescados (salvo los azules de gran tamaño, recomendados a partir de los 12 años).
- Aceite de oliva, cucharadas soperas mezcladas con la comida.
Algo después, a partir de los 9 meses, podemos añadir en la comida para bebés los yogures naturales y el queso. A partir de los 12 meses, también se permiten la leche entera y ciertos alimentos superfluos. Por ejemplo, el cacao, la miel, el azúcar o la bollería, pero mejor cuanto más tarde y en la menor cantidad posible.
¿Cómo debe ser la alimentación infantil?
La infancia es una importante etapa de desarrollo físico, psíquico y social de la persona. Es el momento en el que se inicia el proceso de madurez del individuo en todos sus aspectos y la alimentación es un factor determinante. Como señala la Asociación Española de Pediatría, una dieta equilibrada y saludable, que les aporte todos los nutrientes necesarios, beneficia su desarrollo y desempeño físico y mental.

Debes tener en cuenta que, en este período de constante crecimiento y cambio corporal, la ingesta de nutrientes como los minerales, las vitaminas, los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, es especialmente relevante. Además, es durante la infancia cuando se establecen los hábitos alimentarios que, después serán muy difíciles de corregir. Esto puede ocasionar diversas patologías en la vida adulta.
Debido a ello, tanto en el hogar como en los comedores escolares, es importante que la alimentación infantil incluya diariamente una cantidad adecuada de frutas, verduras, grasas saludables y alimentos proteicos. En este último caso, tanto de origen animal como de origen vegetal. En contraposición, lo más recomendable es evitar las grasas saturadas, el azúcar, los fritos y el exceso de sal.
La carne de conejo no es tan habitual en la alimentación infantil como otras carnes blancas, pero es una excelente opción a nivel nutricional que puede introducirse desde los seis meses.
¿Puede un bebé comer carne de conejo?
Como hemos visto, la carne está recomendada dentro de la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad. En especial, la Asociación Española de Pediatría hace referencia a las carnes magras, como la carne de conejo. Si bien no se trata de la carne habitual elegida por muchas familias, lo cierto es que su perfil nutricional destaca frente a otras carnes blancas, como el pollo o el pavo.
Como recoge la Guía gastronómica de la carne de conejo de INTERCUN, la carne de conejo tiene un rico contenido de proteínas de alta calidad, vitaminas hidrosolubles del grupo B y minerales como hierro, potasio y fósforo; con un bajo contenido en grasa. Gracias a ello, contribuye a cubrir las ingestas recomendadas de estos nutrientes esenciales en los más pequeños de la casa.
Adicionalmente, su textura suave y su bajo contenido en colágeno la hacen fácil de masticar y digerir. Y para rematar, al ser muy versátil y tener un sabor intenso, combina a la perfección con otros ingredientes saludables como todo tipo de verduras, hortalizas o legumbres. ¡La puedes cocinar de muchas formas diferentes para que le guste a tu bebé!
Ahora que ya sabes que puedes introducir la carne de conejo en las comidas para bebé, solo falta que elijas el corte más adecuado para sus recetas. Por ejemplo, unos muslos de conejo deshuesados puede ser una excelente opción para el menú, pues hablamos de una carne muy recomendada no solo en la alimentación infantil, sino en la de toda la familia.
La información proporcionada en este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Consulta a tu médico u otro profesional de la salud cualificado ante cualquier pregunta que puedas tener sobre una condición médica o tratamiento.