Gota: enfermedad, tratamiento y alimentos prohibidos

  • Conocida como la enfermedad de los reyes, la gota afectó a Enrique VIII de Inglaterra y Carlomagno, por lo que tradicionalmente se ha asociado al consumo de carne y los excesos gastronómicos.
  • ¿Cuánto hay de cierto en ello? Descubre sus causas y los alimentos prohibidos para la gota.

¿Sabías que en España unas 880.000 personas padecen gota? No obstante, el 50% de ellas no la manejan adecuadamente y el 30% ni siquiera se tratan, según la Sociedad Española de Reumatología. Sin tratamiento, esta enfermedad puede empeorar y causar otras afecciones más graves, pero con la dieta adecuada puedes prevenir su aparición o aliviar sus síntomas.

Reconocer las primeras señales de la gota, clave para evitar sus complicaciones

La gota es un tipo de artritis que se produce cuando unos cristales microscópicos de ácido úrico se depositan en las articulaciones. Esos cristales hacen que la articulación se inflame, un proceso que cursa con dolor, hinchazón y aumento de la temperatura en el área afectada, según explica la Clínica Mayo.

 

El primer ataque de gota suele afectar solo una articulación, generalmente el dedo gordo del pie o una extremidad inferior, como señala Offarm. Los síntomas más comunes son:

 

  • Dolor agudo, generalmente de noche, que se intensifica en pocas horas.

 

  • Hinchazón, enrojecimiento, sensación de calor y sensibilidad a la presión en el área.

 

  • Piel tensa y caliente, que puede adquirir una tonalidad rojiza o violácea.

 

  • Fiebre, escalofríos, taquicardia y malestar general.

 

Los primeros episodios suelen remitir al cabo de unos días, pero si la enfermedad no se trata adecuadamente, es probable que afecte a varias articulaciones y los síntomas se prolonguen durante varias semanas. Los especialistas advierten que, sin tratamiento, los ataques serán cada vez más frecuentes e intensos.

 

Además del dolor y la limitación del movimiento, la gota también puede desencadenar una artritis deformante crónica que causa daños y rigidez permanente. Con el paso del tiempo, los cristales de urato se depositan en los tejidos, por lo que aumenta el riesgo de que se formen cálculos renales. A la larga, puede conducir a una obstrucción, infección o incluso insuficiencia renal.

 

La enfermedad de la gota se ha asociado con afecciones como el síndrome metabólico, las patologías cardiovasculares y las disfunciones hepáticas, por lo que no es algo que debas tomarte a la ligera.

 

Según el estudio “Guía científica y gastronómica de la carne de conejo”, la gota es el tercer factor de riesgo más importante para sufrir un infarto.

Gota: tratamiento y dieta recomendados

La gota se debe a un aumento excesivo del ácido úrico, ya sea porque tu cuerpo produce más, tienes problemas para excretarlo o consumes muchos alimentos ricos en purinas. Por ese motivo se recomienda una terapia de reducción de urato, que incluye tanto el tratamiento farmacológico como una dieta para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre.

Mujer con gota siguiendo una dieta saludable
La carne de conejo es un producto estrella en las dietas para la gota.

¿Cuáles son los alimentos “prohibidos” para la gota?

Las purinas son unas moléculas que se encuentran de manera natural en algunos alimentos pero que tu cuerpo transforma en ácido úrico, como apunta la Clínica Universidad de Navarra. Por ende, para disminuir la recurrencia de los ataques de gota y evitar la progresión del daño articular, necesitas reducir o incluso eliminar estos productos:

  • Vísceras. Excluye de tu dieta el hígado, riñón, corazón y molleja ya que poseen un alto contenido de purinas y dispararán tus niveles de ácido úrico.
  • Carne roja. Limita el tamaño de las porciones de carne de vacuno, ovino o cerdo. Y no las comas más de dos veces a la semana.
  • Pescados y mariscos. Los moluscos y las huevas de pescado, así como las anchoas, sardinas, arenques, caballas y el atún, tienen mayor contenido de purinas, por lo que deberías comerlos con moderación.
  • Alcohol, sobre todo la cerveza ya que es particularmente rica en guanosina, que aumenta el ácido úrico. ¡Y eso también vale para la cerveza sin alcohol!
  • Azúcar. Beber dos refrescos al día aumenta en un 85% las probabilidades de desarrollar gota, según un estudio de la Universidad de Warwick, por lo que es más dañino que comer una porción extra de carne (21%). Por tanto, evita todos los alimentos y bebidas azucaradas.

¿Qué alimentos puedes incluir en tu dieta?

Ante todo, es esencial que te mantengas bien hidratado, como recomiendan los expertos de la Clínica Mayo. Beber al menos ocho vasos de agua diarios evitará que el ácido úrico se acumule y ayudará a tu organismo a depurarlo.

 

En lo que respecta a las proteínas, puedes obtenerlas de fuentes vegetales como las lentejas y de carnes magras. Por ejemplo, la carne de conejo no contiene ácido úrico a la par de los huevos, las almendras o el arroz. En cambio, el pollo contiene 92 mg/100g de ácido úrico y el pavo 151 mg/100g.

 

No es casual que la carne de conejo sea un producto estrella en las dietas para la gota ya que aporta proteínas de alto valor biológico y es uno de los alimentos con menos contenidos en purinas y bajo en calorías, por lo que te ayudará a adelgazar.

 

También se recomiendan los lácteos con menos del 20% de materia grasa. Las investigaciones han descubierto que no solo reducen los niveles de ácido úrico y el riesgo de sufrir crisis de gota, sino que promueven la excreción del ácido úrico a través de la orina. Obviamente, puedes incluir frutas y verduras, sobre todo si son ricas en vitamina C pues se ha comprobado que limita en un 44% el riesgo de padecer ataques de gota.

En resumen, esta enfermedad es una de las formas de artritis más controlables, por lo que puedes detener su avance eliminando los alimentos prohibidos para la gota y siguiendo el tratamiento prescrito. No obstante, recuerda que puede provocar problemas de salud serios si no vigilas tu dieta.

 

La información proporcionada en este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre consulta a tu médico u otro profesional de la salud calificado ante cualquier pregunta que puedas tener sobre una condición médica o tratamiento.

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