¿Qué alimentos están prohibidos en la dieta keto?

  •  La dieta keto es uno de los planes de alimentación más empleados en la actualidad por personas que buscan bajar de peso o bien definir músculo, pero siempre bajo un seguimiento profesional.
  • En la dieta cetogénica se reduce la ingesta de carbohidratos, manteniendo la de proteínas y aumentando ligeramente la de grasas. Por lo tanto, son alimentos prohibidos las principales fuentes de hidratos.

La dieta cetogénica, también conocida como dieta keto, está ganando numerosos adeptos en los últimos años. Pensada para aquellas personas que buscan perder peso y definir su musculatura, consiste en restringir el consumo de hidratos de carbono a un aporte de entre un 5 y un 10 % de las calorías totales.


Este plan de alimentación, por lo tanto, da mayor protagonismo a las grasas y las proteínas. Concretamente, entre el 70-80% y el 10-20% del aporte calórico total, respectivamente. De esta forma, la dieta keto pone al cuerpo en un estado metabólico llamado cetosis, en el que la grasa del cuerpo y los alimentos se consume para obtener energía.


Si bien el tipo de dieta recomendada y las cantidades varían en función de cada persona, hay una serie de alimentos que están restringidos en una dieta cetogénica.

Veamos en detalle cuáles son y qué alternativas saludables podemos consumir.

Alimentos prohibidos en la dieta keto

Dado que una dieta keto se centra en maximizar la quema de grasa corporal, hay ciertos alimentos cuyo consumo debe limitarse. Gracias a ello es posible garantizar una proporción adecuada de grasas y proteínas, con un bajo consumo de carbohidratos:

 

Azúcar en todas sus formas y dulces, especialmente los alimentos procesados con grandes cantidades de azúcares añadidos.
Cereales y productos derivados como el pan o la pasta por su alto contenido en carbohidratos.
Legumbres con alto contenido de hidratos, como las lentejas o los garbanzos.
Frutas con elevados niveles de fructosa. El coco o las bayas, entre otros, son una excepción.
Tubérculos y raíces como las patatas o las zanahorias.
Vegetales ricos en hidratos, como los guisantes, la calabaza, el maíz o la remolacha.
Hortalizas, especialmente las amiláceas.
Ciertos lácteos, como yogures azucarados o leches con alto contenido de lactosa.
Bebidas alcohólicas y bebidas azucaradas.

¿Qué alternativas saludables puedo consumir en una dieta keto?

Para buscar el equilibrio a la hora de seguir una dieta keto, se debe incluir alimentos naturales y ricos en nutrientes, además de ciertas grasas naturales, como el aceite. En este otro artículo puedes leer en detalle cuáles son los alimentos permitidos en una dieta cetogénica.

Más allá de algunas frutas, verduras, huevos y lácteos, en este plan alimenticio cobran especial protagonismo los pescados y mariscos; así como los embutidos o los distintos tipos de carnes. ¿Y sabías que la carne de conejo, además de ser una de las más saludables que puedes encontrar, se puede consumir en una dieta keto?

 

Recomendada especialmente para quienes buscan bajar de peso, deportistas y personas con necesidades proteicas elevadas, entre otros, presume de un excelente perfil nutricional. La carne de conejo ofrece un equilibrado aporte de proteínas, minerales y vitaminas, todo ello con apenas colesterol y grasas saturadas.

 

Tal es así que la Fundación Española de Nutrición recomienda un consumo de entre tres y cuatro raciones semanales. Además, gracias a su versatilidad gastronómica y sus propiedades organolépticas, es fácil de combinar con muchos otros alimentos permitidos en la dieta keto.

 

La dieta keto o cetogénica es una propuesta rica en grasas y proteínas, pero muy reducida en hidratos, lo que convierte a la carne de conejo en un ingrediente ideal de este plan de alimentación.

Para sacar partido de los beneficios de llevar a cabo una dieta cetogénica es imprescindible un conocimiento férreo de los alimentos que se deben evitar y los que se pueden consumir.

 

Recuerda que la información proporcionada en este artículo es sólo para fines informativos y no debe considerarse un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre consulta a tu médico u otro profesional de la salud cualificado ante cualquier pregunta que puedas tener sobre una condición médica o tratamiento.

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