- Los principales síntomas de la menopausia, como los sofocos, la fatiga o el aumento de peso, se pueden paliar con una buena alimentación.
- La carne de conejo es una gran fuente de vitaminas y minerales que cuida la salud ósea y cardiovascular.
La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que ocurre entre los 45 y los 55 años. La ausencia de los ciclos menstruales es el síntoma más evidente, pero lógicamente tiene muchas otras consecuencias para el cuerpo femenino.
- Disminuye la producción de estrógenos.
- Aparecen los sofocos.
- Fatiga.
- Pérdida de densidad ósea.
- Alteraciones en el peso.
Al igual que ocurre en cualquier otra etapa vital, tenemos que escuchar a nuestro cuerpo. Por ejemplo, la alimentación debe ser diferente, ya que, debido a la pérdida de densidad ósea, se necesita más calcio para fortalecer los huesos. Además, se requieren más proteínas para conservar la masa muscular y menos grasas saturadas para cuidar el corazón.
Entender y escuchar a tu cuerpo, llevar una dieta equilibrada con proteína como la carne de conejo y cuidarte tanto por dentro como por fuera son trucos que nunca fallan, ni durante la menopausia ni en cualquier otro momento.
¿Qué cambios nutricionales se producen durante la menopausia?
La menopausia es el cese permanente de la menstruación y se determina de manera retrospectiva después de 12 meses consecutivos sin menstruación, sin ninguna otra causa patológica ni psicológica, según define la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cuerpo de la mujer experimenta alteraciones que pueden afectar a distintos sistemas del organismo, porque descienden las hormonas femeninas.
En este sentido, el ejercicio físico y una alimentación equilibrada son los mejores aliados durante la menopausia.
Pérdida de masa ósea y riesgo de osteoporosis
Uno de los mayores riesgos de la menopausia es la osteoporosis. Es una enfermedad que debilita los huesos y hace que se vuelvan frágiles. Aunque puede ocurrir en hombres y mujeres de cualquier edad, hay un riesgo mayor en mujeres posmenopáusicas, según datos de la Clínica Mayo.
Es más, la Fundación Internacional de Osteoporosis (OPF) ha demostrado que las mujeres pueden perder hasta un 20 % de densidad ósea en los primeros años tras la menopausia
Para fortalecer los huesos, es imprescindible seguir una dieta rica en calcio, fósforo y proteínas. Por ejemplo, la carne de conejo tiene unos 220 mg de fósforo por cada 100 gramos, que es alrededor del 30 % de la ingesta diaria recomendada de este mineral.
Aumento de peso y metabolismo más lento
Otra consecuencia de la menopausia es que el metabolismo tiende a ralentizarse y, en consecuencia, se produce un aumento de peso. Además, la reducción de estrógenos afecta directamente a la manera en la que se distribuya la grasa, así que es frecuente que se acumule en la zona abdominal, como señala la doctora Oihane Fuertes, especialista en Nutrición y Unidad de Obesidad del Hospital Quirónsalud Vitoria.
Los profesionales recomiendan reducir el consumo de grasas saturadas y aumentar la ingesta de proteínas magras, como la carne de conejo. Es más, la OMS subraya que las dietas con un buen aporte proteico mantienen la masa muscular y mejoran el metabolismo. Así que la carne de conejo es un alimento estupendo durante la menopausia, porque contiene proteínas de alto valor biológico con un bajo contenido en grasas.
Alteraciones hormonales que afectan al bienestar
Los cambios hormonales que ya hemos comentado suelen provocar cambios en el estado de ánimo, insomnio, sofocos y fatiga. Por eso, está demostrado que una alimentación rica en nutrientes y una hora de ejercicio al día mejora el bienestar general.
Consume minerales, como el hierro y el zinc, que ayudan a regular las hormonas y en la producción de energía. La carne de conejo es una fuente de ambas, así que introducirla en tu dieta te ayudará a reducir la fatiga y a mejorar la respuesta del sistema inmunitario.
Los nutricionistas coinciden en que adoptar buenos hábitos alimentarios ayuda con los principales síntomas de la menopausia, como sofocos, cambios de ánimo y control de peso. La carne de conejo, por ejemplo, tiene un gran aporte de proteínas, vitaminas y minerales con un bajo contenido en grasa.
Beneficios de la carne de conejo en la menopausia
Como sabrás, la carne de conejo tiene muchos beneficios para controlar los síntomas de la menopausia gracias a su perfil nutricional. Ahora bien, conviene repasar sus beneficios:
- Es una fuente de proteínas magras con un contenido de grasa mucho más bajo que otras carnes rojas (no supera el 7,4 %):
- 100 gramos de carne de conejo tienen alrededor de 148 kcal.
- El fósforo, el hierro y el zinc son minerales que fortalecen los huesos y mejoran la función muscular.
- Mantiene los niveles de energía y reducen la fatiga que aparece durante la menopausia.
- Tiene un bajo contenido de colesterol.
¿Cómo introducir la carne de conejo en una dieta equilibrada?
La gran ventaja de la carne de conejo es que es un alimento muy versátil y fácil de incorporar a la alimentación diaria, sin necesidad de hacer recetas elaboradas que no están a tu alcance.
Tiene un sabor suave que combina con muchos ingredientes, pero lo mejor es que la cocines con alimentos ricos en calcio, fibra y antioxidantes para paliar los efectos de la menopausia.

Por ejemplo, puedes preparar carne de conejo al horno con verduras, un guiso de legumbres (garbanzos o lentejas) con carne de conejo, una ensalada templada de carne de conejo o directamente a la plancha con arroz integral. También puedes echarle imaginación e introducir este superalimento en cualquier receta.
Durante la menopausia, los nutricionistas recomiendan evitar:
- La sal, ya que retiene líquidos.
- El café puede aumentar el insomnio que ya produce la menopausia.
- Los alimentos procesados o el azúcar en exceso, que provoca más hinchazón.
En cambio, recomiendan otros como la carne de conejo, que es una gran fuente de proteína, baja en grasas y con minerales esenciales para la salud ósea, muscular y cardiovascular.
La información proporcionada en este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Consulta a tu médico u otro profesional de la salud cualificado ante cualquier pregunta que puedas tener sobre una condición médica o tratamiento.