- ¿Sabes qué es el ácido úrico y por qué es tan importante mantenerlo dentro de los límites saludables?
- Descubre los beneficios de uno de los secretos mejor guardados de la dieta mediterránea, la carne de conejo, para cuidar tus riñones y articulaciones.
Si quieres mantenerte saludable y en forma, hay un indicador que no deberías pasar por alto: el ácido úrico. Quizá nunca hayas escuchado ese término o tal vez tu médico te lo haya mencionado. En cualquier caso, es importante que vigiles tu dieta porque un nivel elevado de ácido úrico le pasará factura a tu salud.
¿Qué es el ácido úrico y qué problemas puede causarte?
El ácido úrico es un compuesto que se genera en tu cuerpo como consecuencia del metabolismo. Concretamente, aproximadamente un tercio del ácido úrico presente en el organismo proviene de la descomposición de unas sustancias llamadas purinas, las cuales se encuentran presentes en algunos alimentos y bebidas.
Deberías eliminarlo, fundamentalmente a través de la orina, pero si sigues una dieta con un elevado contenido en purinas, podría acumularse en la sangre y causar hiperuricemia. Esta condición suele pasar desapercibida para el 85-90% de las personas, pero algunos estudios han revelado que a largo plazo puede desencadenar varias enfermedades:
- Gota
- Cálculos renales
- Síndrome metabólico
- Diabetes mellitus
- Hipertensión
- Aterosclerosis
- Enfermedades cardiovasculares
- Trastorno renal crónico
Las personas diagnosticadas con gota han vivido entre 10 y 15 años con el ácido úrico elevado sin saberlo, antes de presentar los primeros síntomas clínicos.
¿Qué provoca el ácido úrico alto?
La hiperuricemia puede deberse a un problema para eliminar el ácido úrico o un aumento en la producción de este, aunque lo más habitual es que esté causada por una dieta desequilibrada.
Investigadores del Hospital Beijing Xiehe comprobaron que un régimen alimentario rico en carnes rojas, mariscos, alcohol y fructosa (fundamentalmente la que se encuentra presente en alimentos envasados y azucarados, como los zumos y refrescos, pero también la bollería industrial), aumenta el ácido úrico en sangre y dispara el riesgo de padecer hiperuricemia.
¿Sabes cuál es otro producto que debes consumir con moderación? La cerveza, ya que tiene un alto contenido de purinas, por lo que aumenta especialmente los niveles de ácido úrico. Y ojo, porque el estrés y el ejercicio físico de alta intensidad también pueden elevar la concentración de ácido úrico.
¿Qué puedes hacer para reducir el ácido úrico?
Si no quieres sufrir las consecuencias del ácido úrico elevado, será mejor que apliques algunos cambios en tu estilo de vida, sobre todo en tus hábitos alimenticios. La dieta mediterránea, por ejemplo, es particularmente eficaz para mantener el ácido úrico bajo control.
En sentido general, los especialistas recomiendan seguir un régimen rico en frutas, verduras y lácteos desnatados, priorizando más las proteínas de origen vegetal y reduciendo las que provienen de la carne. De hecho, recuerda que las fuentes principales de purinas son las vísceras y los extractos cárnicos, seguidas de algunos pescados grasos y el marisco.
Algunos vegetales, como las leguminosas, espinacas, espárragos y setas, también tienen un contenido elevado o moderado de purinas. En cambio, los alimentos bajos en purinas son los productos lácteos (leche, queso y yogur), huevos, cereales y los productos elaborados con estos, como el pan y la pasta, así como las verduras, frutas y nueces. También deberías moderar el consumo de sal para no dificultar el funcionamiento de los riñones.
El papel de la carne de conejo en la reducción del ácido úrico
La mejor dieta es aquella que puedes seguir, de forma que no solo te permita mantenerte saludable, sino que además te haga sentir bien, sin generar un estrés innecesario. Por ese motivo, tu régimen para reducir el ácido úrico también puede incluir la carne de conejo.
Considerada cardiosaludable por la Fundación Española del Corazón, es una de las más bajas en purinas, en comparación con otras fuentes de proteínas animales. Por ejemplo, mientras la carne de ternera contiene 195 mg de purinas por 100 g, la carne de conejo solo aporta 95 mg de purinas por 100 g, casi la mitad. Incluso tiene menos que la carne de pavo (151 mg de purinas por 100 g).
La carne de conejo también es magra. Como posee muy pocas grasas (5,3 g/100 g), podría ayudarte a perder peso o mantenerlo bajo control, otro de los principales desafíos a los que suelen enfrentarse las personas que tienen el ácido úrico elevado.
Además, al ser de alto valor biológico te aporta todos los aminoácidos esenciales que tu cuerpo no puede elaborar, pero que necesita para reparar los tejidos y realizar muchas otras de sus funciones. No obstante, a pesar de ser alimento proteico, se digiere mucho mejor que la carne de res o cerdo, lo cual se debe a su bajo contenido en colágeno.
Sus beneficios no terminan ahí. Debes saber que, aunque se trata de una carne de bajo contenido energético, te brinda cantidades importantes de micronutrientes como el hierro, zinc, magnesio, selenio, fósforo y potasio. En cambio, es baja en sodio, por lo que puede formar parte de las dietas para reducir la presión arterial. Por si fuera poco, es una fuente importante de vitaminas B, que son esenciales para el sistema nervioso y tus funciones cognitivas.
Versátil y deliciosa, puedes incluir la carne de conejo en tu dieta de mil formas diferentes
Lo mejor de todo es que este ingrediente “secreto” de la dieta mediterránea es muy versátil. La carne de conejo admite muchísimas preparaciones: asada, a la plancha, en la parrilla o incluso en el microondas. Podrás acompañarla con todo tipo de verduras, legumbres y hortalizas, mezclándolas con diferentes especias y hierbas aromáticas para darle un toque único a cada plato.
En resumen, para proteger tu salud renal no necesitas renunciar a las proteínas de origen animal. Puedes incluir la carne de conejo como parte de una dieta balanceada para reducir el ácido úrico y seguir disfrutando de platos deliciosos.
¿A qué esperas? Comienza a cuidarte con nuestras mejores recetas con carne de conejo. ¡Están para chuparse los dedos!