Guía esencial: cómo adaptar el consumo de proteínas en cada etapa de tu vida

  • Las proteínas son esenciales en los diversos períodos de nuestra vida por múltiples razones. El consumo de carne de conejo puede ayudarte a cubrir las necesidades de este nutriente en múltiples situaciones.
  • Una dieta equilibrada nos aporta los requerimientos mínimos de proteínas, energía y otros nutrientes, debiendo variar en función de la edad, la situación fisiológica y el estilo de vida.

 

Las necesidades de nutrientes esenciales se refieren a la cantidad mínima necesaria para mantener la masa corporal y las funciones vitales en adultos, así como para asegurar el crecimiento y desarrollo en los niños, previniendo enfermedades por deficiencia. Hoy nos centraremos en un nutriente en particular: las proteínas, y cómo su aporte al organismo puede optimizarse a través del consumo de carne de conejo.

 

¿Por qué? Porque las necesidades proteicas cambian a lo largo de las diferentes etapas de la vida y, según revela la Guía para profesionales de la salud de INTERCUN, 100 gramos de carne de conejo proporcionan entre 25 y 30 gramos de proteínas, lo que representa del 50 al 60% de los requerimientos diarios en cualquier circunstancia: desde adultos o ancianos hasta las épocas de crecimiento y desarrollo.

El consumo de carne de conejo en la infancia y la adolescencia

La infancia es una etapa de constante crecimiento y cambios fisiológicos, lo que hace aún más importante si cabe consumir las cantidades necesarias de nutrientes. Es un período en el que dichas necesidades son más elevadas y el organismo es inmaduro, por lo que los desequilibrios pueden tener un mayor impacto que en otras edades.

Además, en este período, se van formando los hábitos alimentarios que posteriormente serán muy difíciles de cambiar. Por lo tanto, una alimentación variada garantiza cubrir sus necesidades de nutrientes y calorías, beneficiando con ello el desarrollo y desempeño mental a lo largo de esta etapa.

 

¿Qué nutrientes son más necesarios durante la infancia? Especialmente las proteínas (10-15% en la primera edad y 18-19% en la edad preescolar y escolar), el ácido fólico, la vitamina B12 y el hierro. En este sentido, el consumo de carne de conejo contribuye a cubrir las ingestas recomendadas de proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y múltiples minerales en los más pequeños de la casa.

 

Algo similar ocurre en la pubertad y la adolescencia, períodos de importantes cambios físicos y psicológicos. Una adecuada alimentación beneficia tanto el crecimiento como los cambios en la composición corporal, ya que la proteína puede ser el nutriente limitante del crecimiento. De hecho, podemos aumentar el porcentaje de calorías provenientes de este nutriente, pasando del recomendado, que es entre un 10-15% al 12-15%.

Las necesidades proteicas de los adultos

Las necesidades nutricionales de un adulto sano son diferentes a las de un niño. Se distribuyen en forma de macronutrientes: 50-55% de carbohidratos, 30-35% de grasas y de un 10-15% de proteínas. Según revela la Guía para profesionales de la salud de INTERCUN, la ingesta de proteínas de un adulto sano y sedentario debe ser de 0,8-1 g/kg/día. Además, es recomendable que, al menos el 50% de las proteínas, sean de origen animal.

 

Lógicamente, las cantidades pueden variar en función de diversos factores:

 

Como señala la mencionada fuente, las características nutricionales de la carne de conejo, junto a su versatilidad culinaria, le confieren una serie de propiedades que la hacen recomendable en todos estos supuestos.

El consumo de carne de conejo en la tercera edad

Las personas de avanzada edad son, desde el punto de vista nutricional, un grupo de población más vulnerable. Esto se debe a los cambios físicos y psicosociales asociados al proceso de envejecimiento. En este sentido cabe destacar que, pese a la disminución de la actividad y de la masa corporal, las ingestas recomendadas de proteínas no son inferiores a las de los adultos más jóvenes.

 

Sí que destaca la conveniencia de proteínas de origen animal (en torno al 60%) para una mejor absorción, así como el consumo de carnes magras fácilmente digeribles. La carne de conejo, por su bajo contenido en grasas y su buen aporte de vitaminas del grupo B y de determinados minerales, puede ser de gran interés en este grupo poblacional, como indica la Guía para profesionales de la salud de INTERCUN.

 

El consumo de carne de conejo supone una importante fuente de vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad, con un bajo contenido en grasas.

Las propiedades nutricionales de la carne de conejo

La carne de conejo destaca no solo por su versatilidad en la cocina y sus propiedades organolépticas, sino también por sus propiedades nutricionales:

  • Resulta baja en lípidos, con un perfil de ácidos grasos saludable.
  • Tiene un bajo contenido en colesterol.
  • Brinda una adecuada proporción de ácidos grasos insaturados.
  • Contiene una alta relación energía-proteína, por lo que su densidad nutricional (proteica) es muy alta y de elevado valor biológico.
  • Contiene muchos aminoácidos esenciales.
  • Gran riqueza en minerales como el calcio, el fósforo, el selenio, el potasio y el hierro, siendo más pobre en sodio, ácido úrico y purinas.
  • Alto contenido en vitaminas (niacina, piridoxina y vitaminas B3, B6 y B12).

 

Bajo contenido en colágeno, resultando muy digestible.

Consumo de carne de conejo en España
El consumo de carne de conejo te aporta proteínas de alta calidad muy necesarias en cualquier etapa de tu vida.

Como has podido comprobar, desde la infancia hasta la tercera edad, cada fase de la vida requiere un enfoque único en el consumo de proteínas. El consumo de carne de conejo, gracias a sus excelentes propiedades, se integra perfectamente en el concepto de dieta saludable (suficiente, variada, equilibrada y agradable) para todas estas etapas.

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